domingo, 28 de diciembre de 2008

REFLEXIONES PEDAGÓGICAS PARA UNA EDUCACIÓN ALTERNATIVA



EXTRACTO DEL DISCURSO DE ORDEN EN LA CEREMONIA DE HOMENAJE POR EL “DÍA DEL MAESTRO”. A cargo del Decano Regional: Prof. Arturo Portilla Valdivia

REFLEXIONES PEDAGÓGICAS PARA UNA EDUCACIÓN ALTERNATIVA

Somos concientes que el verdadero homenaje a un profesor o profesora lo hacen sus estudiantes con su sonrisa y mirada de agradecimiento, por tener un amigo(a) que como auténtico profesional, brinda lo mejor de si para generar y fortalecer capacidades ampliando sus oportunidades y coadyuvando a formar conciencia crítica para el cambio social.

El auténtico homenaje lo recibe también al maestro o maestra algunas veces aún activo y otras veces cesante o jubilado, de sus discípulos y exalumnos o padres de familia que luego de cortos o muchos años se detienen a saludarlo en plena calle, con afecto sincero y agradecimiento infinito por la contribución recibida en su formación como persona; finalmente el genuino homenaje se lo da cada uno al autoevaluarse y valorar en toda su dimensión su desempeño, vocación, entrega, sacrificio y amor en su práctica educativa; así como su capacidad de lucha por sus derechos, su protesta con propuestas académicamente fundamentadas y capacidad de vehemencia e indignación ante las injusticias.

Por tanto, la ceremonia que con todo cariño les hemos preparado no pretende expropiar el auténtico homenaje de quienes con la guía del profesional de la educación, fueron los autores de su propio aprendizaje. Por ello en la presente ceremonia daremos prioridad al reconocimiento a tres insignes maestros que han dejado profunda estela en la educación arequipeña, me estoy refiriendo al Reverendo Padre Carlos Pozzo, Hno. Jaime Struch y al Prof. Everardo Zapata, a quienes hoy día rendimos justo homenaje

Es nuestro deseo que en fechas como el “Día del Maestro” no repitamos los honores que se brindan con justicia a los profesores por sus 20, 25, 30 o más años de servicio, que otras instituciones organizan; respetamos, respaldamos y valoramos tales homenajes, sin embargo, el Colegio debería considerar otros criterios, tales como evidencias de su desempeño profesional y producción intelectual o artística. Para el próximo año pensamos tener una especie de reglamento que guíe la selección de profesionales en la educación que serán estimulados por sus méritos, por su producción intelectual y aporte a nuestra educación.



En cuanto a las políticas magisteriales recientes, acompañadas de agresiones contra las profesionales de la educación, sobre todo a los que laboran en las instituciones públicas; tratando de humillarlo, denostarlo, desacreditarlo y dividirlo, con críticas contraproducentes e indecorosas; es propicia la oportunidad para expresar que como Colegio Profesional, estamos de acuerdo con la evaluación permanente no solo de los profesores, sino de todos los factores y actores del complejo sistema educacional.

Sin embargo discrepamos del carácter punitivo y verticalista que se trata de implementar y más aún de la forma en que se pretende operacionalizar, aplicando pruebas inadecuadamente diseñadas. El desempeño docente no puede ser evaluado con meras pruebas escritas, exigimos que la evaluación de nuestro desempeño profesional, en el caso de la docencia, sea efectuado fundamentalmente en el espacio maravilloso de encuentro entre estudiantes y docentes: el aula.

Finalmente, como tema de fondo, quisiera en éste importante día para los profesionales de la educación, hacer una breve reflexión sobre el modelo pedagógico: empezaremos diciendo junto con Ricardo Dolorier Urbano, profesor creador del método Dolorier para la enseñanza de la lectura comprensiva, que: “Ser maestro es una forma difícil de vivir. Ser maestro en el Perú es una forma hermosa de morir”, nosotros le agregaríamos: ser maestro en el Perú es también una magnífica oportunidad para generar y fortalecer conciencias críticas que coadyuven a la construcción de una sociedad mejor.

La educación no es un hecho neutral, pues dependerá de su concepción, origen e implementación, para que sirva como instrumento de opresión y por tanto de deshumanización, o bien de instrumento para la liberación de y con los oprimidos.

La educación como instrumento de opresión, se caracteriza por apaciguar aún más a los desposeídos, volviéndolos autómatas, para integrarlos o adaptarlos al mundo, anulando o minimizando la creatividad de los estudiantes, estimulando su ingenuidad, “domesticándolos”; satisfaciendo así los intereses de los grupos poderosos, distorsionando, encubriendo y lo que es peor reproduciendo injustas diferencias.


La segunda opción es denominada Educación Liberadora, Emancipadora o Problematizadora; se basa en el diálogo y la creatividad, estimulando una auténtica acción y reflexión de los hombres y mujeres sobre la realidad para conocerla, cuestionando sus inequidades y abocándose a transformarla en la perspectiva de construir una auténtica democracia.


Es así que como profesores y profesoras, con la autonomía funcional que como profesionales de la educación deberíamos tener, es necesario que colectivamente asumamos la direccionalidad éticamente correcta, en función de nuestro compromiso por “humanizar la humanidad”.

Asumir la alternativa de impregnarse de la perspectiva de la educación emancipadora, implica cuestionar y superar la orientación a la adaptación o incorporación de la población de manera acrítica al modelo de desarrollo vigente, con todas sus inequidades; y tomar una posición de cambio, que aliente todo un proceso de transformación a nivel micro y macro que cuestione desde actitudes y comportamientos inadecuados, hasta el inviable modelo de desarrollo actual, que atenta no solo contra la dignidad humana al permitir insultantes niveles de pobreza, sino que además pone en riesgo la vida misma, tal como hoy la conocemos.

La opción que como profesionales adoptemos, tendrá que ser coherente con la opción o modelo pedagógico seleccionado. Aquí definimos al pedagógico con Emilio Morillo y Diógenes Alminagorta como “una compleja representación mental que establece una propuesta global y coherente de cómo se debería actuar en la práctica educativa”; así entendido el modelo pedagógico, establece la orientación, la ubicación, el ordenamiento e importancia de cada uno de los componentes o elementos de la práctica educativa. Como elementos de la práctica educativa consideramos a los actores, el contexto, los propósitos, los contenidos, los procesos, los recursos y la evaluación

Junto con los autores citados, distinguimos tres modelos: Pedagogía Tecnicista o Tecnología Educativa; Pedagogía del Conocimiento y la Pedagogía Histórico-Crítica:
a) El Modelo de la Pedagogía Tecnicista o Tecnología Educativa.
Asume que toda práctica educativa se puede analizar como un sistema funcional. Propone el nexo de estímulo-respuesta en el proceso de enseñanza- aprendizaje y la aplicación del conductismo en educación. Entre los principales exponentes están: Skinner, Clifton Chadwick, Bruner, Robert Gagne, Hilda Taba.
La interacción de los sujetos o actores de la educación pone énfasis en la relación de la persona que enseña con la que aprende, para el logro de objetivos conductuales y el desarrollo de saberes concretos, según disciplinas o áreas.
b) El Modelo de la Pedagogía del Conocimiento.
Parte de tres fundamentos:
· Existe una base neurofisiológica cerebral en todo proceso de aprendizaje.
· En la sociedad del conocimiento, importa desarrollar habilidades o instrumentos internos del conocimiento dentro de la persona.
· La atención a los procesos internos conlleva al desarrollo de las estructuras cognitivas de los sujetos, partiendo de su capacidad para construir sus propios conocimientos.
Al interior del Modelo de la Pedagogía del Conocimiento se ubica el Constructivismo (Jean Piaget), la Teoría de la Inteligencias Múltiples (Howard Gardner, Amstrong) y el Programa de Enriquecimiento Instrumental (Feuerstein).
c) Modelo de la Pedagogía Histórico-Crítica.
Es el modelo pedagógico, al cual nos adscribimos pues es una propuesta coherente para quienes buscamos una educación para la transformación y que debería ser alentado a partir de los proyectos educativos que buscan cambiar la situación actual. Traduce los postulados de la Educación Popular (Freyre, Dermeval Saviani), Pedagogía Histórico Cultural (Vigotsky), Pedagogía Crítica (Mc Laren, Giroux, Apple). Se orienta al cambio de la persona, de la sociedad y de la naturaleza; asume la educación como interacción de sujetos en comunidad y en un contexto determinado.
Este modelo podría ser de gran ayuda para incrementar nuestra resistencia a posiciones sustentadas en el neoliberalismo que está haciendo estragos entre los pobres, aumentando las desigualdades y la exclusión; por lo que el desafío está no solo en la denuncia, sino en la gestión de un proyecto educativo estratégico que impulse los postulados de una educación liberadora.
Aquí cabe recordar a Habermas, cuando plantea que el saber humano se desarrolla en virtud de tres intereses: el técnico, el práctico y el emancipador
Interés técnico por la manipulación y el control, se trata de la motivación de las personas para ejercer un control técnico sobre los objetos naturales; a este tipo de interés le corresponde el saber instrumental y se efectúa mediante el trabajo; interés práctico por la comunicación libre, basado en el diálogo abierto, le corresponde el saber práctico y se realiza mediante el lenguaje; interés emancipador de eliminar las limitaciones sociales y políticas que deforman la autocomprensión racional, se da cuando la práctica consciente de las personas va más allá de los significados subjetivos, a fin de alcanzar un conocimiento liberador; al interés emancipador, le corresponde el saber emancipatorio y se realiza mediante el ejercicio del poder.
La educación es entonces mediadora del desarrollo de estos tres tipos de saberes: el instrumental que corresponde a la explicación causal, el práctico orientado al entendimiento, y el emancipatorio o de reflexión, para liberar a las personas de sus alienaciones y limitaciones materiales y espirituales.
Es necesario generar y fortalecer espacios de diálogo entre nosotros, para ampliar el debate sobre el tipo de hombres y mujeres que anhelamos formar y de la utopía que de la sociedad tengamos; ello requiere de la discusión abierta y franca sobre el modelo pedagógico a implementar.
En este sentido, compartimos la idea de otros autores, que si bien la Pedagogía Histórico-Crítica permite asumir una concepción más holística de la educación, pues contribuye, así como posibilita, asumir una visión y conciencia crítica respecto a los procesos de cambio educativo y de la realidad; se debe tener apertura para incorporar los aportes de otros modelos, enfoques pedagógicos, disciplinas del saber humano y esfuerzos de distintos pensadores y grupos. Es imperioso que entre nosotros, a través del Colegio Profesional, podamos reflexionar e investigar al respecto; el desafío queda abierto.

Para terminar mi participación, anunciamos que está en preparación la Revista del Colegio de Profesores, donde hemos incluido artículos de diversos maestros e invitados especiales, a quienes desde aquí agradecemos. Dicha Revista, pretende constituirse en un espacio para que todos los profesores sin excepción, puedan escribir los resultados de sus investigaciones, sistematizaciones sobre su práctica, reflexiones sobre la educación y creaciones artísticas. Invitamos a todo el magisterio no solo a leerla, sino también a escribir en ella.

Por tanto, la ceremonia que con todo cariño les hemos preparado no pretende expropiar el auténtico homenaje de quienes con la guía del profesional de la educación, fueron los autores de su propio aprendizaje. Por ello en la presente ceremonia daremos prioridad al reconocimiento a tres insignes maestros que han dejado profunda estela en la educación arequipeña, me estoy refiriendo al Reverendo Padre Carlos Pozzo, Hno. Jaime Struch y al Prof. Everardo Zapata, a quienes hoy día rendimos justo homenaje

Es nuestro deseo que en fechas como el “Día del Maestro” no repitamos los honores que se brindan con justicia a los profesores por sus 20, 25, 30 o más años de servicio, que otras instituciones organizan; respetamos, respaldamos y valoramos tales homenajes, sin embargo, el Colegio debería considerar otros criterios, tales como evidencias de su desempeño profesional y producción intelectual o artística. Para el próximo año pensamos tener una especie de reglamento que guíe la selección de profesionales en la educación que serán estimulados por sus méritos, por su producción intelectual y aporte a nuestra educación.

En cuanto a las políticas magisteriales recientes, acompañadas de agresiones contra las profesionales de la educación, sobre todo a los que laboran en las instituciones públicas; tratando de humillarlo, denostarlo, desacreditarlo y dividirlo, con críticas contraproducentes e indecorosas; es propicia la oportunidad para expresar que como Colegio Profesional, estamos de acuerdo con la evaluación permanente no solo de los profesores, sino de todos los factores y actores del complejo sistema educacional.

Sin embargo discrepamos del carácter punitivo y verticalista que se trata de implementar y más aún de la forma en que se pretende operacionalizar, aplicando pruebas inadecuadamente diseñadas. El desempeño docente no puede ser evaluado con meras pruebas escritas, exigimos que la evaluación de nuestro desempeño profesional, en el caso de la docencia, sea efectuado fundamentalmente en el espacio maravilloso de encuentro entre estudiantes y docentes: el aula.

Finalmente, como tema de fondo, quisiera en éste importante día para los profesionales de la educación, hacer una breve reflexión sobre el modelo pedagógico: empezaremos diciendo junto con Ricardo Dolorier Urbano, profesor creador del método Dolorier para la enseñanza de la lectura comprensiva, que: “Ser maestro es una forma difícil de vivir. Ser maestro en el Perú es una forma hermosa de morir”, nosotros le agregaríamos: ser maestro en el Perú es también una magnífica oportunidad para generar y fortalecer conciencias críticas que coadyuven a la construcción de una sociedad mejor.

La educación no es un hecho neutral, pues dependerá de su concepción, origen e implementación, para que sirva como instrumento de opresión y por tanto de deshumanización, o bien de instrumento para la liberación de y con los oprimidos.

La educación como instrumento de opresión, se caracteriza por apaciguar aún más a los desposeídos, volviéndolos autómatas, para integrarlos o adaptarlos al mundo, anulando o minimizando la creatividad de los estudiantes, estimulando su ingenuidad, “domesticándolos”; satisfaciendo así los intereses de los grupos poderosos, distorsionando, encubriendo y lo que es peor reproduciendo injustas diferencias.

La segunda opción es denominada Educación Liberadora, Emancipadora o Problematizadora; se basa en el diálogo y la creatividad, estimulando una auténtica acción y reflexión de los hombres y mujeres sobre la realidad para conocerla, cuestionando sus inequidades y abocándose a transformarla en la perspectiva de construir una auténtica democracia.

Es así que como profesores y profesoras, con la autonomía funcional que como profesionales de la educación deberíamos tener, es necesario que colectivamente asumamos la direccionalidad éticamente correcta, en función de nuestro compromiso por “humanizar la humanidad”.

Asumir la alternativa de impregnarse de la perspectiva de la educación emancipadora, implica cuestionar y superar la orientación a la adaptación o incorporación de la población de manera acrítica al modelo de desarrollo vigente, con todas sus inequidades; y tomar una posición de cambio, que aliente todo un proceso de transformación a nivel micro y macro que cuestione desde actitudes y comportamientos inadecuados, hasta el inviable modelo de desarrollo actual, que atenta no solo contra la dignidad humana al permitir insultantes niveles de pobreza, sino que además pone en riesgo la vida misma, tal como hoy la conocemos.

La opción que como profesionales adoptemos, tendrá que ser coherente con la opción o modelo pedagógico seleccionado. Aquí definimos al pedagógico con Emilio Morillo y Diógenes Alminagorta como “una compleja representación mental que establece una propuesta global y coherente de cómo se debería actuar en la práctica educativa”; así entendido el modelo pedagógico, establece la orientación, la ubicación, el ordenamiento e importancia de cada uno de los componentes o elementos de la práctica educativa. Como elementos de la práctica educativa consideramos a los actores, el contexto, los propósitos, los contenidos, los procesos, los recursos y la evaluación

Junto con los autores citados, distinguimos tres modelos: Pedagogía Tecnicista o Tecnología Educativa; Pedagogía del Conocimiento y la Pedagogía Histórico-Crítica:
a) El Modelo de la Pedagogía Tecnicista o Tecnología Educativa.
Asume que toda práctica educativa se puede analizar como un sistema funcional. Propone el nexo de estímulo-respuesta en el proceso de enseñanza- aprendizaje y la aplicación del conductismo en educación. Entre los principales exponentes están: Skinner, Clifton Chadwick, Bruner, Robert Gagne, Hilda Taba.
La interacción de los sujetos o actores de la educación pone énfasis en la relación de la persona que enseña con la que aprende, para el logro de objetivos conductuales y el desarrollo de saberes concretos, según disciplinas o áreas.
b) El Modelo de la Pedagogía del Conocimiento.
Parte de tres fundamentos:
· Existe una base neurofisiológica cerebral en todo proceso de aprendizaje.
· En la sociedad del conocimiento, importa desarrollar habilidades o instrumentos internos del conocimiento dentro de la persona.
· La atención a los procesos internos conlleva al desarrollo de las estructuras cognitivas de los sujetos, partiendo de su capacidad para construir sus propios conocimientos.
Al interior del Modelo de la Pedagogía del Conocimiento se ubica el Constructivismo (Jean Piaget), la Teoría de la Inteligencias Múltiples (Howard Gardner, Amstrong) y el Programa de Enriquecimiento Instrumental (Feuerstein).
c) Modelo de la Pedagogía Histórico-Crítica.
Es el modelo pedagógico, al cual nos adscribimos pues es una propuesta coherente para quienes buscamos una educación para la transformación y que debería ser alentado a partir de los proyectos educativos que buscan cambiar la situación actual. Traduce los postulados de la Educación Popular (Freyre, Dermeval Saviani), Pedagogía Histórico Cultural (Vigotsky), Pedagogía Crítica (Mc Laren, Giroux, Apple). Se orienta al cambio de la persona, de la sociedad y de la naturaleza; asume la educación como interacción de sujetos en comunidad y en un contexto determinado.
Este modelo podría ser de gran ayuda para incrementar nuestra resistencia a posiciones sustentadas en el neoliberalismo que está haciendo estragos entre los pobres, aumentando las desigualdades y la exclusión; por lo que el desafío está no solo en la denuncia, sino en la gestión de un proyecto educativo estratégico que impulse los postulados de una educación liberadora.
Aquí cabe recordar a Habermas, cuando plantea que el saber humano se desarrolla en virtud de tres intereses: el técnico, el práctico y el emancipador
Interés técnico por la manipulación y el control, se trata de la motivación de las personas para ejercer un control técnico sobre los objetos naturales; a este tipo de interés le corresponde el saber instrumental y se efectúa mediante el trabajo; interés práctico por la comunicación libre, basado en el diálogo abierto, le corresponde el saber práctico y se realiza mediante el lenguaje; interés emancipador de eliminar las limitaciones sociales y políticas que deforman la autocomprensión racional, se da cuando la práctica consciente de las personas va más allá de los significados subjetivos, a fin de alcanzar un conocimiento liberador; al interés emancipador, le corresponde el saber emancipatorio y se realiza mediante el ejercicio del poder.
La educación es entonces mediadora del desarrollo de estos tres tipos de saberes: el instrumental que corresponde a la explicación causal, el práctico orientado al entendimiento, y el emancipatorio o de reflexión, para liberar a las personas de sus alienaciones y limitaciones materiales y espirituales.
Es necesario generar y fortalecer espacios de diálogo entre nosotros, para ampliar el debate sobre el tipo de hombres y mujeres que anhelamos formar y de la utopía que de la sociedad tengamos; ello requiere de la discusión abierta y franca sobre el modelo pedagógico a implementar.
En este sentido, compartimos la idea de otros autores, que si bien la Pedagogía Histórico-Crítica permite asumir una concepción más holística de la educación, pues contribuye, así como posibilita, asumir una visión y conciencia crítica respecto a los procesos de cambio educativo y de la realidad; se debe tener apertura para incorporar los aportes de otros modelos, enfoques pedagógicos, disciplinas del saber humano y esfuerzos de distintos pensadores y grupos. Es imperioso que entre nosotros, a través del Colegio Profesional, podamos reflexionar e investigar al respecto; el desafío queda abierto.

Para terminar mi participación, anunciamos que está en preparación la Revista del Colegio de Profesores, donde hemos incluido artículos de diversos maestros e invitados especiales, a quienes desde aquí agradecemos. Dicha Revista, pretende constituirse en un espacio para que todos los profesores sin excepción, puedan escribir los resultados de sus investigaciones, sistematizaciones sobre su práctica, reflexiones sobre la educación y creaciones artísticas. Invitamos a todo el magisterio no solo a leerla, sino también a escribir en ella.

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