miércoles, 20 de mayo de 2009

EL POCO PESO DEL PESEM

Dr. Gabriel Vela Quico*

El Plan Estratégico Sectorial Multianual del Sector Educación (PESEM) es un instrumento de gestión que incorpora los lineamientos, orientaciones y prioridades para orientar la ejecución de los recursos del sector en un período quinquenal. En buena cuenta, es una herramienta de planificación de la política educativa definidas por el Gobierno de turno para que ejecute la dirección del Ministerio de Educación.

En ella se busca articular la aparente dispersión de planes como el Plan de Desarrollo Regional Concertado, el Plan de Desarrollo Local Concertado, el archifamoso PEI, el Plan Operativo Institucional POI y además el PEN, el Proyecto Educativo Regional PER, el Proyecto Educativo Local PEL y el Proyecto Educativo Institucional PEI. El PESEM ha sido elogiado por diversos planificadores considerados “estratégicos” como una propuesta verdaderamente articuladora al margen de las críticas de las prioridades del régimen de Chang.

¿Por qué siendo el PESEM un “buen” documento no rige las decisiones de política en la práctica? ¿Es un problema de una pobre articulación de los planes estratégicos con la realidad presupuestal?, ¿Es que su contenido es inaplicable en la diversidad de sectores del país? ¿Es que más vale la palabra concreta y en vivo de quien toma decisiones enmarcadas en las herramientas de definición de políticas?.

El PESEM es un documento poco difundido en algunos eventos internos del Ministerio pero muy pobremente en los actores ajenos al estado. Esa quizás sea una explicación del porqué el PESEM sea un documento que puede quedar en letra muerta. Es un problema de que no se ha hecho el suficiente esfuerzo de compromiso de los actores. Como ocurre con el PEI que es formulado más desde la percepción de quien dirige y no quienes comparten la dirección o son sus destinatarios. Por ello, los planes resultan atravesados con perspectivas individualistas de quienes se creen sus autores pero con un pobre compromiso de los que deben ejecutar.

Otro problema que explica este poco peso del PESEM (como podría ser otra herramienta) es que la libertad con que se formulan los objetivos. A veces parten de un terreno vacío, libre, tabula rasa, de armar todo de la nada. Peor ocurre con la visión que se ha entendido en la práctica como “ilusión”. Así la concreción de políticas, resultados y acciones quedan sumidas en una frustración o en un simple formalismo de si hizo lo que se pudo. Pero si no hay dinero para ejecutar los planes, o llega tarde o no se sabe administrar o no se sabe gestionar.

Sin lugar a dudas el principal problema es que las personas que deben ejecutar no siempre forman un equipo. No sólo porque no son de la misma línea política o tenga buenos sistemas de comunicación. Es un problema de voluntades operativas. Los planes finalmente terminan operativizados por personas de carne y hueso que si no tienen en claro la perspectiva y no están claros en los medios de ejecución sólo hacen que la el tiempo avance sin hacer que la realidad ocurra. El PESEM merece al margen de esta coyuntura, una oportunidad de ser un referente en el actual periodo educativo, al menos es una ocasión para avanzar.


.* Docente de la Facultad de Educación UNSA

0 comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio